Un lugar lleno de pura energía vital y creativa, lleno de posibilidades, fuera del espacio – tiempo habitual de la vida de Madrid: era esto lo que yo sentía a cada sesión impartida en los talleres de Más allá de la piel realizados en el Espacio Vilariñyo.
Fue muy emocionante impartir sesiones para un grupo de aproximadamente 36 personas llenas de ganas de bailar y moverse, todas racializadas / migrantes / de la diáspora. Actrices, terapeutas, cantantes, músicos, poetas, bailarines, intelectuales, activistas … una comunidad muy visceral, vibrante, sensible y talentosa.
Como docente, creadora y directora del proyecto lo más importante para mí en esta etapa era que lográramos construirnos como una comunidad, con respeto y afecto. Conocernos, reconocernos. Vernos. Dejar que nos vean. Entablar vínculos.
Después de nuestras sesiones yo salía del estudio inundada de lágrimas, sonrisas y muchas imágenes. Ya estaba llegando el momento de elegir las 4 personas y pasar para la próxima fase: la residencia artística para la creación de la pieza. No ha sido nada fácil, pero confié en que las huellas de la experiencia como grupo estarían presentes en las corporalidades elegidas. Y así fue.
Más allá de la piel ganó un reparto muy especial, constituido por Benia Nsi, cantante, poetisa, creadora visual y estudiante en la especialización de gestión cultural residente en Madrid; Natasha Ortiz, performer, bailarina que explora la danza centrada en la improvisación, sus límites y sus posibilidades; Julio Hu Chen 胡陈臻 , estudiante de las artes escénicas a través de la interpretación actoral, pertencente a la Red de Diáspora China en España y Malvin Montero, licenciada en coreografía e interpretación de danza. Crea, baila, dirige y es directxr de la plataforma artística ZebraPrieta.
Hemos dado inicio al proceso de creación de la obra en nuestra querida La Parceria, pasando posteriormente por los estúdios de los Teatros del Canal y por el Centro Cultural Paco Rabal.
Acompañada por la artista invitada como asistente de dramaturgia y coreografía Poliana Lima y por el músico y compositor Miguel Zamora Sánchez vivimos 4 semanas intensas de trabajo, entrega y mucho placer en crear y estar juntes en este proceso.
Una vez más sentí fuerte en el corazón que el proceso ya es el resultado.
Ps. Si te interesa saber más detalles sobre el proceso de creación, entra en el reportaje hecho por la revista Teatro Madrid, aquí.